¡Sal de mi puré!

Tuesday, August 29, 2006


6- HOPE OF DELIVERANCE

- “Paul McCartney estaba sentado justo acá, en esta roca. Habíamos puesto la pava en el fuego y me dijo que él se ocupaba. Yo le dije, ‘ojo Paul que se te va a pasar, mirá que esto es mate, no es té, el agua no tiene que hervir’. Ni se inmutó, y me siguió contando de cuando era un niño en Liverpool. Yo estaba un poco inquieto, no se si porque al fin lo conocía a Paul, o porque un inglés me iba a cebar el mate. El hecho es que cuando sacó el agua del fuego, estaba en su punto exacto, y me cebó un mate como si fuera el Enzo. Al rato me confesó que cuando el agua está a 87º en mi pava, emite un Fa séptima menor, pero de la primera octava. ‘No le podés errar’. Yo no daba crédito a mis oídos, que por otro lado, jamás podrían distinguir entre un Do y un Sol.” narraba Elpuré.
- “Que buen sueño –comentó A.- y muy útil lo del Fa séptima menor, ahora los mates me van a salir bárbaro. Lo que no entiendo es para que lo traés a colación justo ahora que tenemos que decidir, en esta encrucijada, que camino tomar.”
- “Ese es el tema. Como te decía, Paul estaba sentado justo en esta roca, y en un momento, no se por qué, noté que la bombilla del mate que sostenía, estaba extrañamente inclinada hacia allá.”
- “Hacia allá, ¿estás seguro?”
- “Como que me llamo Elpuré. Además… era Paul McCartney, Paul McCartney entendés, no te estoy hablando de Mick Jagger.”
- “Si, tenés razón, no perdamos más tiempo, Tapete aguarda. Para allá entonces.”
Hacia ya un día entero que estaban tras la pista de los secuestradores de su amigo. Sin embargo, éstos les llevaban mucha ventaja. El tiempo había corrido ligero como el viento en compañía de Glof y recién cuando éste se marchó, muchas canciones después, a las profundidades del riacho, se acordaron de Tapete. Imaginen el desconsuelo que les produjo su ausencia. No perdieron tiempo en vociferar su nombre a los cuatro vientos, el Ab-tronic yacía en una esquina de la carpa, abandonado. Tapete nunca se hubiera ido sin él, menos ahora que, como repetía constantemente, le estaban por salir los “cuadraditos”. Lo que más los hería era la traición de Glof. Parecía tan simpático… era sólo una distracción.
Pero el descubrimiento de nuevas huellas dispersó los pensamientos sobre Glof, y Elpuré se deshizo en elogios para Paul. (“I told you Paul would HELP! us”). Ahora avanzaban a gran velocidad ya que A. Blandon era muy buen rastreador.
No lejos de allí, Tapete y la bella Néstor se entretenían hablando naderías.
- “Decime, atractiva Néstor, ¿Qué son esos cosos negros de allá? Recién vi moverse a uno.”
- “Es la yuta papá, son los guardias, pero no hacen bardo por acá”
- “Yo te voy a defender linda Néstor, moriré antes que dejar que toquen uno solo de tus cabellos”
- “Pero no seas salame Tapete, te digo que no vienen para acá, me tienen miedo. A veces les hago caras feas”
- “Eso no lo creo, vos no tenés caras feas”
- “Ah no, mirá…” dijo la desafiante Néstor contorsionando la cara en una mueca grotesca
- “¡Aaaa la perinola! ¡Bastante fulera por cierto! Bueno basta, poné tu cara de siempre, que me hacés acordar a Graciela Alfano así.”
- “¿La Alfano? Esa es de antes de que me capturaran a mi, ¿Cuántos años tiene ya?”
- “Ni la menor idea, agraciada Néstor, pero debe pasar los cincuenta. Le voy a preguntar a A. cuando nos rescaten.”
- “Y vos dale con A. No te creo nada, vamos a pasar el resto de nuestras vidas en esta cár…”
No pudo terminar la frase ya que una patata entró por el orificio del techo y la golpeó justo en el dedo gordo del pie.

Este es Paul escuchando atentamente el sonido de la pava. Después dijo "¿Amargo o dulce?"

Wednesday, August 23, 2006

5- CAUTIVERIO


Tapete recobró el conocimiento muchos kilómetros después. Estaba tirado en el piso, no recordaba nada y le dolía fuertemente la oreja izquierda. El amanecer comenzaba a aclarar el cielo y dejaba ver algunos contornos difusos. Poco a poco fue recordando, Glof, el ataque sorpresa. No había alcanzado a ver a su captor. ¿Y, cómo, por todos los dioses, sabían que su punto débil era el lóbulo de la oreja izquierda? Sólo Elpuré tenía conocimiento de ello, pero jamás lo traicionaría. Lo que más detestaba Tapete de su defecto era que no podía usar aros. “Que vivo Aquiles, que le importaba el talón, ¿quién se pone un aro en el talón?”, solía pensar. Elpuré y A. acostumbraban regañarlo, “¿cómo vas a usar aros? ¡Eso es de maricón!”. Recordar a sus amigos abrió el grifo de sus lágrimas. Mientras lloraba se dijo que aunque no supieran nada de moda, y creyeran que era gay, le encantaría tenerlos a su lado. ¿Dónde se encontrarían en este momento?” Se secó las gotas que fluían por su cara y decidió inspeccionar a su alrededor. No estaba atado, ni había señal de sus captores. ¿Lo habrían dejado? La salida del sol era inminente y allí cerca divisó una cascada. El silencio imperante era abrumador. No se oía siquiera el rumor de las aguas al caer. Apuró el paso hacía el torrente, porque estaba sediento, pero chocó contra algo, y cayó. Palpó una pared, transparente supuso, ya que seguía viendo la cascada. Tanteando el muro invisible caminó más de 10 pasos hacia su izquierda. Allí el tabique giraba 90 grados hacia la izquierda. 15 pasos después, otro ángulo recto, nuevamente hacia la izquierda. No le llevó mucho tiempo entender que se hallaba en una jaula invisible, de alrededor de 200 mt2. A medida que la claridad aumentaba, notó con estupor que sobre su cabeza, a no más de 6 mt. de altura había una gran lámina de plástico rojo, con un agujero pequeño. “¡Estoy en un tupper!” exclamó. Le llevó 2 segundos más darse cuenta de que no estaba sólo. En el centro de la jaula se levantó una silueta, que se acercó a paso decidido. Tapete estaba desarmado, pero se aprestó a dar batalla. Sin embargo, y para su sorpresa, la silueta resultó ser una atractiva mujer, de largos cabellos negros y fulgurantes ojos verdes. Llevaba una túnica blanca sin ornamentos, la que costaba distinguir de su pálida tez iluminada. Su rostro y su codo derecho irradiaban energía.
- “Eh loco, dejá de gritar vo’, ¿no ves que estoy durmiendo?” le espetó la mujer.
- “Bueno, discúlpeme, me sobresalté al notar que estaba cautivo”, respondió Tapete, cada vez más anonadado.
- “¡No vengás a bardear acá loquito, eh! Vamo’ a tener que vivir juntos, así que las regla’ las ponemo’ de entrada. Regla Nº 1, nada de gritos hasta después de desayunar.”
- “Disculpe, pero… ¿Quién es usted? ¿Y qué es eso de vivir juntos? No le parece un poco prematuro, digo… la acabo de conocer, no me quiere invitar a tomar un café antes. Ya se que últimamente las relaciones son más compulsivas, pero yo estoy chapado a la antigua.”
- “No flaquito ¿no la cazás, no? Estamos presos. Ah, y me llamo Néstor, encantada.”
- “Pero Néstor es nombre de varón, no me digas que sos… ¿un traba?”, dijo Tapete, que estaba tan nervioso que no se dio cuenta de que comenzaba a tutearla.
- “No, naipe, soy mujer, y me llamo Néstor, mis viejos querían un varón, ¿cuál es? Y vos ¿cómo te llamás?”
- “Tapete”
- “Ah, bué ¿y vos me bardeás a mi? Tenés nombre de alfombrita de baño.”
- “Pero por lo menos es acorde con mi sexo, peor sería que me llame Celina”
- “¡Bueno bueno recatate loco eh! Regla Nº 2, nada de bardo con los nombres, ni aunque venga alguien que se llame Juan.”
- “Jua jua, ¿quién se va a llamar Juan? Te tienen que querer muy poco tus viejos para ponerte Juan ¡Sos graciosa Néstor, eh!”
- “Y bueno, hace diez años que estoy encerrada acá, estuve preparando algunos chistes.”
- “¡Diez años! ¡No te la puedoooo! Pero no te preocupes, los valientes Elpuré y A. Blandon vendrán a rescatarnos.”
- “¿Y a esos quién los juna? ¡No me bolacié’ vo’ eh!”
- “¿No lo conocés a Elpuré, el héroe de las nuevas generaciones? ¿Qué te pasa, vivís en un tupper?”
El desafortunado comentario de Tapete hirió a la hermosa Néstor, que prorrumpió en llanto.
- “No salimo’ más de acá, snif”
- “No, seas tan trágica Néstor, vas a ver que todo va a salir bien. Ah, si tuviera mis agujas te tejería un pañuelo turquesa, son el último grito de la moda en Papua Nueva Guinea. Pero bueno, vení que te doy un abrazo, si querés llorar, llorá (5)
Y así abrazados permanecieron un largo rato. ¿Qué habrá sido de Elpuré y A.? ¿Vendrían a rescatarlos o estaban también ellos cautivos? ¿Es verdad que los pañuelos turquesa están de moda? ¿Cuántos años tiene Graciela Alfano? Algunas de las respuestas, en el próximo capítulo.

(5) Cada vez que alguien lee esta frase tenemos que pagarle 34 centavos de euro, 71 yuanes y un alfajor Guaymallén a Moria Casán.

Wednesday, August 16, 2006

4-GLOF

A Elpuré le gustaba la música. Sentía una profunda tranquilidad cuando escuchaba el sonido de quenas y charangos. Se emocionaba con algunos arpegios bien tocados e incluso solía cantar junto a Tapete y A. algunos hits de su grupo preferido “La peluca de Mirta”. No obstante, esa noche no estaban de ánimo para cantar. Después de un largo día de caminata, y sin nuevos ataques de Fangal, habían decidido acampar a la vera de un riacho marrón, de cuyas aguas emanaban vapores fétidos. Al principio culparon a Tapete por el mal olor -le venía dando duro y parejo a un coliflor, que según no se qué revista “tiene sólo veinte calorías y es re-nutritivo”- pero luego descubrieron el riacho. Decidieron pasar la noche allí, a pesar de los efluvios desagradables, porque el ancho del arroyo era considerable y era mejor cruzarlo a la luz del día. El frío húmedo les penetraba en los huesos y un nudo de angustia les estrechaba la garganta. Se sentían observados a través de la niebla. Por todo esto, como decía, nadie cantaba. En un momento Tapete ensayó unas frases de alguna canción pero sólo recibió chistidos y miradas de desaprobación por parte de sus compañeros.
Tragaron la comida con dificultad y estaban decidiendo quien haría la primera guardia cuando del agua pestilente emergió una masa informe, del tamaño de un elefante mediano. Al salir, la bestia despidió agua por todos lados, desparramando a Elpuré, Tapete y A. por la orilla. Ya en tierra, la masa comenzó a tomar forma, poco a poco se fue estirando hasta formar dos brazos. Tapete no encontraba sus agujas, A. había caído al agua y Elpuré había perdido su saco con la caída. Estaban indefensos ante la bestia que ahora comenzaba a hacer crecer sus piernas. A. se aferró a una raíz y evitó que se lo llevara la corriente, Tapete divisó sus agujas y comenzó a correr hacia ellas, Elpuré estaba a sólo dos pasos de su saco. De pronto, se abrió un hueco negro -una boca- en el cuerpo del enemigo y ya estaba Elpuré a punto de desenfundar una patata, cuando…
-“Dance, dance, dance, hoy tu sueño es real”, el adversario empezó a cantar –con coreografía incluida- el famoso hit de Bandana. Anonadado ante el espectáculo brindado por la mole repugnante, el trío no sabía como reaccionar.
- “¿Qué es este bicho, Tapete?” rugió Elpuré
- “La verdad que a éste no lo tengo, eh. ¿Vos tenés idea A.?”
- “Lo único que sé es que está cantando en La bemol” contestó A. que ya había salido del agua.
- “A ver vos, gordinflón, ¿Cómo te llamás?” le espetó Elpuré a la bestia que seguía cantando a todo pulmón.
Entonces la mole se calló. Lo miró desde arriba (bah, creo que lo miró porque no se veía que tuviera ojos; en todo caso, lo escuchó desde arriba) y dijo: -“glof.”
-“Hmm, ¿y qué haces acá, Glof?” preguntó A. Blandon
- “glof”
- “No te hagas el zonzo con nosotros, recién estabas cantando Bandana, así que sabemos que sabés hablar” lo increpó Tapete.
- “glof”
- “Ah, incluso sabiendo que sabemos que sabés hablar, te haces el gil! Me cansaste, voy a buscar mis agujas”
- “Pará, pará, Tapet, tiene cara de bueno” dijo Elpuré
- “Pero ¿qué decís?, si ni siquiera tiene cara”
- “Bueno, me imagino que eso alrededor del agujero debe ser la cara, que se yo. Che, Glof, ¿sabés algún tema de “La peluca de Mirta”?"
Y para sorpresa de todos, Glof sabía. Por lo tanto Elpuré y A. se pusieron a cantar con él, mientras Tapete se iba refunfuñando a la carpa. Y ahí fue cuando atacó Fangal. Con la rapidez de un rayo, una sombra redujo a Tapete y se lo llevó, sin que éste pudiera emitir sonido alguno.

(TAPETE SECUESTRADO??? HORROR!!!)

Friday, August 11, 2006


Palabras de A.

folículo - olivar - alcaucil - inconmensurable - foco - regurgitar - haz - rimbombante - anís - tul

3-TERTULIA
Hacia ya un rato que había repelido el ataque de los ástulos y ahora nuestros amigos descansaban junto al fuego. Éste era bastante potente, incluso para los parámetros de Elpuré, ya que el ahora sabio A. Blandon había calculado el sitio exacto para lograr el mayor calor y lumbre posible. Aún no se habían familiarizado con el nuevo A., pero estaban contentos de contar con una tercera cabeza pensante que, en tierras inhóspitas, nunca está de más. Tapete estaba un poco celoso al principio, ya que dejaba de ser el más sabio del grupo, pero cuando A. le dijo que podía quedarse con el Ab-tronic abandonó todo recelo, y comenzó a ejercitarse.
- “Pero entonces… ¿ahora sabés todo?”, preguntó Elpuré.
- “Si bien mis conocimientos son vastos, es imposible captar la inmensidad del universo en nuestros pequeños cerebros humanos.” respondió A.
- “Ta, ta, pero la tenés bastante clara ¿o no?”
- “Si con eso te refieres a mi tez, diría q no, es un poco oscura para mi raza. Si con eso te refieres a si bebo Sprite, la respuesta es no, los globitos me hacen picar la garganta. Si con eso te refieres a mis conocimientos, se podría decir q sí.”
- “Hmm, ¿y te acordás algo de ayer por ejemplo?”
- “Dando cuerda a los recuerdos me acuerdo de cuando no era cuerdo”
Y así continuaban con su amena conversación Elpuré y A. mientras Tapete sudaba con el Ab-tronic. Muy lejos de allí, Fangal escuchaba la crónica del ástulo sobreviviente.
-“Así que son más listos de lo que creía”, dijo con voz pastosa. “Veremos si escapan de ésta”

Thursday, August 10, 2006

2-FANGLANDIA



Les dio bastante trabajo cruzar el arroyo, crecido por las continuas precipitaciones, pero una vez en la otra orilla echaron la última mirada hacia atrás y se adentraron en las tierras de Fangal. Por suerte para ellos, Tapete no solo leía revistas de tejidos, sino que además estaba suscripto a la National Geographic y había estudiado particularmente bien el tomo que hablaba de la geografía, flora y fauna de Fanglandia, es decir, el país de Fangal. Por ende, mientras se adentraban en el nuevo territorio Tapete iba enumerando y explicando las cosas que observaban, y Elpuré lo escuchaba con atención. No así A. que iba apagando sus escasas luminarias con cada paso, y había perdido interés por todo. Lo que más sorprendió a Elpuré fue cuando al divisar un alto cerro, Tapete explicó que ese era el Monte Negro, tenebroso sitio que dotaba a todos aquellos que lo pisaban de una gran habilidad para jugar al balompié, pero al tiempo terminaban muriendo horrendamente al congelárseles el pecho (además iban al infierno con los diablos rojos). A muchos kilómetros de allí, los mensajeros informaban al malvado Fangal de la intromisión de nuestro peculiar trío. “Intrusos jefe” dijeron con voz metálica los alcahuetes, seres alados parecidos a los buitres, pero que comen chauchas. A Fangal no le gustaron las nuevas y sin salir del charco en el que se estaba embarrando le ordenó a tres ástulos que se ocuparan de ellos. Afortunadamente nuestros amigos estaban expectantes y vieron venir a los ástulos. Estas alimañas, que a simple vista parecen esferas de barro, del tamaño de un puño, exprimen toda la inteligencia de aquel al que tocan, para luego venderles productos de TeVe Compras. ¡Si te atacan agarrate! Claro, te quedan los abdominales fenómenos, pero de pensar, nada. Obviamente, Tapete estaba al tanto de esto y puso sobre aviso a sus compañeros. Comenzó la lucha. Elpuré esquivó a uno y sacando una patata de su saco la derribó con un tiro certero, antes de que pudiera regresar. Tapete, por su parte, tras unas cuantas fintas logró ensartar a la suya utilizando una aguja de tejer (de la que aún pendía una hilacha de lana lila). Pero tan preocupados estaban por sí mismos que nadie reparó en A. Blandon que seguía pensando en lo raro que sonaba “remedio” cuando fue alcanzado en el omóplato por el restante ástulo. Ahora bien, como A. carecía de cualquier tipo de pensamiento, el efecto fue el inverso. Es decir, el golpe del ástulo lo dotó de una inteligencia asombrosa. Pero el inexperimentado ástulo no lo imaginaba y ya se acercaba con una caja de Ab-Tronic, ensayando su discurso de “cansado de gastar tiempo y dinero con aparatos que no dan resultado…” cuando A. le espetó: “No vengáis con nimiedades fangosa criatura. Para eso tráeme el Jack La Lane Power Juicer, así bebo un jugo de zanahoria y potencio mi visión con su vitamina D”. (Afortunadamente no estamos en una de las aventuras de Condorito, porque sino Tapete, Elpuré y el ástulo se hubieran desmayado con el clásico Plop! Acá simplemente el ástulo huyó despavorido y Tapete y Elpuré quedaron estupefactos.)

1-BANQUETE



Sentados en torno al hogar, dilucidaban el plan a seguir. Además del fuego, la única fuente de luz era un vacilante farolito de querosén. La luz eléctrica no resistió ni el primer día de tormenta y hacía ya 51 horas que el vacío se descongelaba en el freezer. Elpuré, que se estaba volviendo peligrosamente piromaníaco, arrojó otro leño a la chimenea.
- “Fenomenal este pino”, comentó mientras la resina del mismo comenzaba a arder, provocando el retroceso de Tapete y A. Blandon, que no querían quemarse.
- “Aflojá Elpuré, ¿querés incendiar la casa?” bramó Tapete
- “Pero si A. estaba con fresco, recién lo vi temblar”
- “Si, en realidad me quemó una chispa… por eso el tembleque”
- “¡Patrañas! Está todo bajo control, es más, voy a ir trayendo otro para que se vaya secando”
- “¡No! ¡Pará! Volvamos al asunto que nos atañe” aulló Tapete, tratando de detener a Elpuré.
- “Si, si, tenés razón, es un tema complicado, deberíamos ocuparnos de él ya mismo” razonó Elpuré, y se detuvo, ante las miradas aliviadas de A. y Tapete
- “¿Les leo las opciones?” preguntó A. acercando la libretita al farol.
- “Dale”, respondieron al unísono
- “Pará que no se ve un coño” dijo A. mientras subía la mecha del farolito.
- “No, tanto no, que vas a quemar todo… ves lo que te digo, ahora está todo el vidrio negro! Sos chambón eh!
- “Pero dejalo, si quiere más fuego dejalo. Hablando de fuego, voy a traer otro pedazo de pino”
- “Nooo, pará, solucionemos el asunto”
- “¡Cierto! El asunto. No se porque no dejo de olvidarlo. Bueno, ahora no se puede leer, así que hagamos memoria: que habías propuesto vos?”
- “Vacío con ensalada, antes de que se eche a perder” razonó Tapete
- “Si, igual a mi me gusta más el puré” dijo Elpuré
- “O si no podemos hacer vacío con ensalada” acotó Blandon, que no tenía mucha inventiva
- Bué, entonces estamos todos de acuerdo con el vacío, pero no les gustaría un purecito?
- “Podría ser un purecito” reflexionó A.
- “No, no, tenemos que estar livianos, insisto con la ensalada”
- “Una cosa es livianos y otra cosa etéreos ¡Tenemos que estar vivos! Yo insisto con el puré” exclamó Elpuré
- “Ensalada”
- “Puré”
- “Si, puede ser ensalada o puré” pensaba A.
- “Bueno, no hay acuerdo, definamos con un piedra, papel o tijera”, sugirió Tapete
- “Claro, un piedra, papel o tijera”, dijo A.
- “Bueno, pero vos no jugás A., sino somos tres”
- “¿A uno?”
- “Dale”
- “¡Piedra, papel o tijera, ya!” Dos piedras.
- “¡Piedra, papel o tijera, ya!” Dos papeles.
- “¡Piedra, papel o tijera, ya!”
- “¡Ajá! ¡Ahí tenés patán! ¡La buena piedra!” bramó Elpuré
- “Bueno, bueno, q suerte tuviste. Vacío con puré entonces. Vos hacé el puré Blandon y Elpure hace el vacío. Yo mientras voy a tejer un sueter”
- “¿Marrón o lila?”
- “Marrón. Es más escénico”
- “De acuerdo, manos a la obra”
Dos horas después, terminaban de alimentarse. Tapete, portaba su nuevo suéter.
- “Joder, estoy lleno de vacío” suspiró Tapete frotándose la panza
- “Che, ¿por qué le hiciste una manga lila al pulóver?”
- “Ah, se me acabó la madeja marrón, pero igual le da un toque, ¿no?”
- “Si, un toque bastante gay”
- “Ay, Elpuré, te falta mucho de alta costura”
- “Si, hablando de eso… ¿Jugamos un tutti-frutti?”
- “No, no, no me cambiés de tema. Alta costura. Además, ¿Cómo vamos a jugar al tutti-frutti en esta oscuridad?”
- “Si, es un buen punto”
- “Viste, se llama Santa Clara, lo saqué de una revista de tejidos”
- “No, pero dejá de decir fruslerías Tapete ¡Te estoy hablando de otra cosa! Esto del aislamiento nos está haciendo mal. Estamos a un paso de la demencia”
- “¿De menta? Si, yo quiero uno” dijo A. que no era de muchas luces.
- “¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Es el colmo! ¡Aislado de la civilización, con un trolón y un lelo! Cuando me pregunten cuál es el colmo de Elpuré… ¡Ya sé la respuesta! Pero por lo menos hay fuego jejeje”
- “¿Qué andás cuchicheando Elpuré?” inquirió Tapete
- “No, digo que esto no se aguanta más. ¡Tenemos que hacer algo!”
- “Bueno, un sabio una vez me dijo: ‘la mejor solución al embole es jugar al envido en bolas”
- “Pero no, ¿vocé está maluco? ¿Qué envido? si no se ven las cartas. Y ¿Qué en bolas? Si hace un tornillo de aquellos.”
- “Hmm, entonces… no hay más remedio, hay que ir a comprar”
- “¿Comprar qué?”
- “Remedio”
- “Si, yo me tomaría una aspirineta, Tapet” afirmó Elpuré
- “Que palabra rara remedio, ¿no?” comentó A. Blandon que volvía a despertarse mientras Elpuré azuzaba el fuego. “Re-me-dio, re-me-dio, o si no re-medio, como si estuviera bien en el medio, o reme-dio, como alguien diciendole a Dio que reme. No sé, es muy extraño todo” (Es verdad, A. se divertía fácil)
- “Si, si, tal cual, extraño. Pero volviendo a lo nuestro, creo que debemos salir en busca de algún poblado para conseguir aspirinetas” dijo Elpuré
- “Y yo quiero Nestum de Tres Cereales” agregó A.
- “Pero… ¿acaso ignoran que apenas crucemos el arroyo nos adentramos en los dominios del malvado Fangal?”, preguntó Tapete, con voz trémula.
- “Van Gaal, ¿el DT holandés? Es feo, pero tampoco para tanto”
- “¡No, no! FANGAL, el amo de los lodazales y la ciénagas, amo y señor de las criaturas más viles que jamás hayas soñado”
- “Re-me-dio. Remedio”, musitaba abstraído A.
- “Pero… ¡a no exagerar! No subestimes a Elpuré, amo del fuego y las patatas” batió Elpuré que cuando se ponía grandilocuente hablaba en tercera persona. “Venceremos a Van Gaal, y que no vuelva más al Barça”
- “¡Fangal, no Van Gaal!”
- “Si, si, de acuerdo, pero partamos de una vez”
- “Alto, sosiego, acordate de la canción: ‘la premisa es precisa, que no prime la prisa’”
- “¿Qué canción es esa Tapet? No inventés”
- “Si ¿No te acordás? La música es papapápa” repuso Tapete acompañando con la mano los cambios de tono. Elpuré estalló en una carcajada
- “¿Papapapa? Cualquiera”
- “No, pa pa PA pa, con unas trompetas, pa pa PA pa. Es harto conocida gilún”
- “Si, y yo estoy harto de estar inmóvil. Ea pués, partamos. Alistense… Tapete, A., vamos”
Así entonces cogieron sus petates A. Blandon, Elpuré y Tapete y enfilaron hacia el arroyo, cada uno absorto en sus pensamientos (re-me-dio; fuego, fuego, jejej; papa pá pa).
Peligro inminente.